Diez besos, Piska. En diez besos he sorbido diez cuerpos que casi queman mis labios y toda mi boca. Esta madrugada volaban en manadas y ahora tiemblan junto con mi lengua envueltas en saliva y en un deseo hambriento. Un trago de vino. Tu esperas en la esterilla a mis pies. No te gusta el pescado pero se que estos bocados no los vas a rechazar. Toma, ¿Que te parece? Los sorbes como yo. Están mitad salados y mitad dulces. Las escaman se les desprenden como ofreciéndose en sagrado holocausto y queda la gelatina que se escurre por mi garganta abajo y que ya no quema. Exquisita, como el semen de mis mejores amantes. Rematamos la faena, en cuclillas, sobre la alfombrilla azul que evita las salpicaduras bajo el suelo del fregadero. Abro una granada. Masticamos el rojo y lo mezclamos con mas vino. Nos tenemos que cuidar, piska de mi amor, mastica bien y chupa toda la sangre de la fruta, que la vida pasa muy rápidamente y estamos solas.
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